En nuestro camino hacia Jaisalmer no queríamos perdernos la oportunidad de visitar Jodhpur. Sólo sería una noche, aunque intuíamos que sería suficiente para disfrutar de la esencia de la ciudad azul del Rajastán.
Llegamos a su estación de trenes antes del atardecer, y un tuk-tuk gentileza del hostel ya estaba esperándonos. De hecho, el tren había llegado con retraso (algo nada excepcional en la India), y el conductor nos dijo que llevaba esperando tres cuartos de hora. “Mala suerte” pensé yo, ya que es muy fácil saber el retraso con el que llegará un tren, sea mediante internet, una aplicación móvil o en los paneles de la estación. Pero aún así, pensamos en darle una pequeña propina al llegar. Lo que no sabíamos es que nos había tocado el tuk-tukero más loco de toda la India. Sólo fueron 10-12 minutos, pero que miedoooo… Las calles del casco antiguo son estrechísimas y por ellas pasan vacas, personas, motos y tuk-tuks en ambas direcciones, y todos a la vez… pero ese factor parecía no importarle y más bien conducía como si le hubiera salido la “super-estrella” del Mario Bros y se hubiera convertido en el tuk-tukero invencible! Allá iba él con el “claxon” sonando en cada curva (y rectas también! – por si acaso), chirriando ruedas al acelerar y sacando humo de los frenos cuando la galleta era inevitable (bueno, en realidad lo de chirriar no es literal literal,… pero porque el motor no daba para tanto XDDD). Sorprendentemente llegamos sanos y salvos al hostel, y claro la propina se quedó en el bolsillo para la próxima ocasión.
Habíamos reservado la habitación más barata del Cosy Guest House, un hostel (a priori) muy recomendado en el casco antiguo. Su principal atractivo son las increíbles vistas sobre la ciudad que tiene desde su terraza, y al estar apartado de la zona turística, con el simple hecho de salir a la calle, ya tienes aventura asegurada mientras esquivas vacas y desagües, y atiendes a niños que te preguntan sobre el país de donde vienes, la moneda que utilizan, y si tienes alguna porque se las coleccionan… XDDD La verdad que tenían la lección bien aprendida! Nos registramos y subimos al segundo piso, donde estaba nuestra habitación. Cuando abrimos la puerta de la habitación, me quedé como pensando “En serio?”. La habitación en realidad era una especie de pasillo con dos camas individuales, una tras otra. Me senté en una y en ese mismo momento se desmonta una pata y allá que vamos la cama y yo! La otra no era mucho más resistente, así que nada, colchón al suelo y a dormir. Cierto es que por el precio de la noche, no podíamos tampoco esperar mucho más (teniendo en cuenta que encima te recogen de la estación :D)
Al día siguiente, visitamos el mercado Sardar, donde se encuentra la Torre del Reloj, nos dimos una vuelta entre puestecillos de fruta, especias y frutos secos bajo un sol abrasador. Estábamos secos y decidimos refugiarnos en el único “bar”, donde servían lassis. Cuando me dirigía hacia el mostrador, vi al hombre con quien Mónica se había hecho una foto hacía un rato, indicándome por señas de que él pagaba los lassis. Le digo que no hace falta y, muy al estilo indio, pega un grito pasa su brazo por encima de las cuatro o cinco personas que tenía delante, recibe la atención prioritaria del camarero y paga cuatro lassis, dos para nosotros y dos para él y su mujer. Nos invita a sentarnos juntos, y en “inglés a lo indio” conseguimos entender el nombre de su pueblo y que es comerciante de patatas y cebollas. Le contamos nuestra historia rápidamente y cuando nos vamos a despedir nos da su dirección (física!) para que le mandemos una copia en papel de las fotos que nos habíamos hecho! Que crack 😉 Eso del e-mail, para qué hace falta?? Queda pendiente antes de salir de la India hacer “el recado”. La verdad es que no había muchos turistas en Jodhpur, pero no sé si somos tan importantes como para que se pongan la foto con marco y todo en su salón… XDDD
Seguimos pateando por la ciudad, comimos “de picaeta” india y de vuelta nos encontramos a un grupo de niños jugando al cricket en la calle. Me invitaron a jugar, lancé algunas bolas y traté de batear un par de veces pero estaba claro que no había nada que hacer “con el nuevo fichaje”, así que le pidieron a Mónica que les hiciera unas cuaaaaantas fotos posando a lo cracks. Les encantaba después de cada foto ir corriendo a ver cómo habían quedado! Son tan agradecidos… Unas horitas de relax en la sala del hostel y hacia la estación de trenes, esta vez andandito, que hay que cuidar la economía.
Fueron algo más de dos kilómetros, pero algunos tramos se nos hizo largo. De noche, sin luces, tuk-tuks por todos los lados, ausencias momentáneas de otros peatones… Y así íbamos, apretando el paso, para llegar cuanto antes, cuando de repente nos encontramos unas comparsas “a lo reyes magos”, la gente esperando a los lados de la carretera, desde las mini-carrozas lanzaban dulces,… pero que pasaaa?? Resulta que esa noche era la celebración del año nuevo indio (no sé exactamente en qué se diferencia, porque ellos utilizan nuestro mismo calendario), y era el día de un dios muy importante en Jodhpur. En algunos puestecitos de la calle, nos paraban para explicarnos su fiesta, darnos algo de arroz bendecido, en otros ponían musicote,… vamos todo un fiestón en lo que aparentaba ser un día cualquiera 😀 Finalmente, y con la excusa del tren, conseguimos zafarnos del acoso mediático de ser los únicos foráneos en la celebración y llegamos a la estación!
El tuk-tuk loco nos dejó a 50m del hostel y casi nos perdemos por las callejuelas… google maps no daba para tanto XD
Pero preguntando se llega a Roma, y los niños de la calle nos echaron un cable. Aquí tienen ustedes la mega-habitación

Eso sí, un ventilador para cada uno, y hasta pudimos lavar, tender y secar algo de ropa con nuestras cuerdas mágicas.
He aquí la razón de su sobrenombre “la ciudad azul”
El fuerte de Jodhpur se eleva sobre la ciudad
Sin duda, lo mejor del hostel. Las vistas de la ciudad antigua y del fuerte de Jodhpur
Nos vamos de paseo!
Motos por aquí, motos por allá
En la India cualquier medio de transporte es válido. Sea un caballo…
Sea una bestia de dos metros. Qué ornamenta tan majestuosa!
Llegamos al mercado de Jodhpur
La torre del reloj presidiendo el centro de la plaza. Dale rápido a la foto que hace un calooooor!
Foto con quien pensábamos era el dueño de uno de los puestos de telas. Pero resultó ser que no…
Al entrar en la lassiseria, le volvimos a ver y sin darnos opción a respuesta nos regaló dos tokens para que nos refrescáramos
Mónica con Mohamed y su esposa, disfrutando de unos buenos lassis. Muchas gracias por la invitación y la conversación!
Seguimos recorriendo el mercado por una zona menos “transitada”. Pasta seca, tenía una pintaaaa… ñam!
Qué colores tan intensos tienen los puestos de especias en la India!
Bates de cricket de todos los tamaños. En la India es muy difícil encontrar a chavales jugando a fútbol o baloncesto en la calle, pero a cricket… casi cada día 🙂
Pero qué colores tan vivos!
Imagen representativa del caos circulatorio en las ciudades indias: motos en una dirección, en la otra, tuk-tuks, personas cruzando… todo a la vez. Para ser totalmente fiel a la realidad, sólo le falta una vaquita sentada en medio de la calle 😉
Y encontramos el lugar perfecto: fresquito y donde había raciones tipo tapeo. Primera tapa: Pani Puri! Las bolas estaban huecas por dentro, de manera que se rompe la parte de arriba, se rellena con las salsitas como si fuera un cuenco, y de un bocado… ñam!
Segunda tapa: Raj Kachori. Nada mal!
Tercera y última “tapa”: Batta Sav Puri. Pa dentro! Menuda comilona…
Estos pantalones tan cómodos y frescos los compramos en Pushkar. Precio: 2,9 Eur
Los niños dando una lección de cricket al “panxut” XDDD
Pero como no había manera, cambiamos el bate por la cámara. Aquí el peque del equipo.
Las chicas siempre han tenido un arte especial para las cámaras.
Aunque el equipo no oficial de cricket de Jodhpur no se queda atrás 😉
Algo se está cociendo en la ciudad. Nos dicen que volvamos a las 18h, que ya estará listo… pero no sabemos el qué ;D
De vuelta al hotel para recoger las mochilas e ir hacia la estación de tren
Alguna persona nos había deseado «feliz año nuevo» durante el día,… y resulta que sí! Aquí alguna de las «carrozas» preparadas para el desfile! Véase el camionaco sobre las que están montadas XDDD
Hoy era el día de este dios, con el que se daba el cambio de año en esta zona del mundo.
Así de contentos y orgullosos estaban los devotos de su dios. «Do you like him?» era la pregunta más repetida para Mónica. La pobre respondía de manera muy educada «It’s nice, it’s nice, but I have a husband…» XDDD
Imagen del interior de una estación de trenes cualquiera una noche cualquiera… el hecho de dormir en el suelo (tanto a cubierto como al raso) es, sorprendentemente, algo más que habitual por estas tierras… próxima parada, Jaisalmer!
Noche en movimiento,… nos vamos a Jaisalmer!