Este es sin duda el post más triste de todos los que hemos escrito hasta el momento. Nuestra visita a los campos de concentración de Auschwitz-Birkenau, y es que no fue un sólo campo sino varios. Toda una zona declarada de interés militar al inicio de la segunda guerra mundial y que paulatinamente se fue convirtiendo en la fábrica de la muerte.
Con la intención de trasladaros la experiencia con el mayor detalle y realismo posible, hemos decidido que podáis ir leyendo la historia a través de las fotos. Por ello os sugerimos que pinchéis en la primera de ella y vayáis una a una leyendo y adentrándoos en este horroroso capítulo de la historia, ocurrido hace apenas 70 años.
No ha sido fácil escribirlo, pero esperamos que el esfuerzo haya valido la pena y que podáis experimentar ligeramente lo que sentimos en nuestro día en el campo de concentración.
Salimos de Cracovia y tras hora y media de viaje llegamos a Auschwitz. Un lugar gris, con edificios de ladrillo rojo rodeados de verde césped.
A los pocos metros, ya se van viendo las primeras verjas electrificadas. Un doble perímetro que serviría de pasillo por donde se hacía llegar a los nuevos «prisioneros».
La entrada al campo de concentración, con el irónico lema «El trabajo duro libera» dando la bienvenida.
Sentimos que ya estamos dentro, viendo el mundo al otro lado de la verja. Las puertas ahora están abiertas y podremos salir, pero hubo un momento en la historia en que la única manera de salir del mismo era sin vida.
El campus original de Auschwitz estaba formado por edificios de dos plantas, ordenados en cuadrícula al más puro estilo militar y separados por anchas calles. En varios de estos edificios había exposiciones temáticas que nos irían adentrando en su historia.
«Aquel que no conozca la historia está sentenciado a repetirla» – George Santayana
Se calcula que en los campos de concentración de Auschwitz murieron 1.100.000 personas. En ese momento me volví especialmente sensible a insultos despectivos que escuché durante mi juventud como «ese es un judío / polaco / gitano»… Al pisar Auschwitz sentí cómo me volvía intolerante hacía este tipo de expresiones. La terrible historia que vivieron merece un respeto, y sobre todo que jamás vuelva a producirse.
Lugar de origen de los judíos que fueron deportados a Auschwitz.
Mujeres y niños a la izquierda, hombres a la derecha. Foto previa a la «selección».
De pie, con brazo indicando derecha o izquierda el oficial doctor encargado de hacer la selección. Aquellas personas que aún estuvieran fuertes y sanas, capaces de llevar a cabo trabajo duro a la fila de la izquierda. El resto… estaba sentenciado, probablemente iría directamente a la cámara de gas.
Mujeres y niños de camino a la muerte
Esta fue una de las salas que más me impactó, y no fue por ningún dato o imagen, fue por un plano. Las cámaras de gas fueron diseñadas para tal fin, ideadas, calculadas y definidas por ingenieros e intelectuales. ¿Qué pasó en el mundo para que mentes cultivadas aceptaran formar parte de tan macabro plan? Diseñar una cámara de gas y sus crematorios no tiene una finalidad ambigua, más bien es muy concreta…
El Zyclon B empezó siendo utilizado para desparatisar la ropa de los presos. Pero en algún momento, a alguien se le ocurrió que si servía para matar insectos, en suficiente cantidad también podría servir para emplearse con seres humanos…
… y así fue como el Zyclone B se convirtió en el instrumento mortal del mayor genocidio de la historia. La empresa que suministraba a los campos de exterminio se llamaba IG Farben, que era la fusión de seis compañías entre las que se encontraban Bayer y AGFA… ¿os suenan de algo? Tomarse una aspirina ya no será lo mismo…
Los nazis requisaban y reciclaban todas las pertenencias de los prisioneros que iban a ser exterminados. Kilos y kilos de gafas,…
… protesis,…
… maletas,…
… muchas maletas,…
… cepillos, brochas,…
… zapatos,…
… muchos zapatos,…
… montañas de zapatos, pelo humano, tijeras, ropas,… todo se enviaba a Alemania. Esta sala con montañas y montañas de zapatos es sobrecogedora. Pensar que por cada pareja de ellos había una persona que fue asesinada en las cámaras de gas… es algo que la mente no puede casi ni concebir.
Uniformes del campo de concentración
Vistas desde el pasillo de uno de los edificios. No hay salida.
Y caminando a lo largo del pasillo ves fotos de cientos y cientos de presos polacos que también fallecieron en Auschwitz.
Cientos y cientos de mujeres polacas…
… niños y niñas… que barbaridad!
Este es el plano de uno de los edificios más crueles, el bloque 11. En su sótano se hizo la primera prueba con Zyclon B, para comprobar sus efectos en seres humanos. En el croquis de la izquierda, en la sala 22 se pueden ver unos pequeños compartimentos, eran las celdas de castigo donde obligaban a pasar a cuatro personas la noche, de pie en un espacio de 1m2.
En esta habitación dormían los oficiales que vigilaban a los presos.
Y a la salida de este edificio, nos encontramos con este patio que resultaría ser el patio de fusilamientos.
Auschwitz en el patio de castigo y fusilamiento
Postes de castigo
Paredón de fusilamiento
Perímetro de Auschwitz: torre de vigilancia, vallas electrificadas, casa de oficiales al fondo …
Modus operandi para el recuento de presos
Lugar de ahorcamiento colectivo para atemorizar a los prisioneros
Detalle de la alambrada electrificada
Doble perimetro a la salida de Auschwitz
Pero no era una salida normal. Era una salida directa a las cámara de gas seguida del crematorio.
Se pedia a los prisioneros que se desnudaran para entrar a las duchas colectivas, y de este edificio salían cenizas.
Y aquí está. Una cámara de gas diseñada para matar hasta 500 personas por sesión.
Posteriormente los cuerpos se llevaban a la sala contigua donde estaban los hornos crematorios
… pero los hornos eran demasiado lentos, de manera que no podían deshacerse de tantos cadáveres como producían.
Planos de la cámara de gas y del crematorio en Auschwitz I.
Y cuando ya parecía que lo habíamos visto todo, nos dimos cuenta que aún faltaba la peor parte: Birkenau. Un nuevo campo a unos pocos kilómetros de Auschwitz I fue diseñado para convertirse en la verdadera fábrica de la muerte.
Así de intimidatoria era la llegada al campo de concentración de Birkenau. Un carril de entrada, no hay salida.
Un perimetro electrificado rodeaba el campo diseñado para albergar 50.000 prisioneros, pero que en determinados momentos llegó a tener 200.000 almas en su interior.
Las vias llegaban hasta el corazón de Birkenau, de manera que se minimizaba el tiempo entre la llegada de presos y su proceso de registro o gasificación.
Al fondo a la izquierda estaban dos nuevas cámaras de gas y crematorios, con una capacidad de 800 personas cada una. En la fase final los prisioneros que habían sobrevivido a días de trayecto hacinados en un vagón, eran directamente llevados a la cámara de gas.
Vagón de madera con el que los prisioneros eran deportados.
Aquellos que no eran directamente ejecutados, pasaban a formar parte del campo de concentración. Los primeros barracones de Birkenau también fueron de ladrillo
En su interior, literas de tres niveles, con cinco personas por nivel.
Otra vista de las literas.
Pero ya no daba tiempo construir barracones de hormigón, así que reutilizaron diseños de cuadras de madera.
Y construyeron decenas y decenas de ellas.
En el interior de las cuadras-barracón. Donde debieran vivir 50 caballos, ahora habitaban 400 personas.
Con sólo dos chimeneas para calentar los barracones, las noches se convertían en verdaderas pesadillas heladas.
Y aquí el lugar donde los presos podían hacer sus necesidades. Unos junto a otros y por un muy breve espacio de tiempo. Se dice que uno de los mejores trabajos que se podía tener era la de limpiar estas letrinas, ya que los oficiales nazis no querían entrar en dicho barracón.
Y para aquellos prisioneros que eran sentenciados, aquí les esperaban las nuevas cámaras de gas.
que junto a los nuevos crematorios, hicieron que en su máximo apogeo, la fábrica de la muerte llegara a procesar hasta 20.000 personas al día.
Y para finalizar, las placas conmemorativas en las lenguas de las personas que fueron asesinadas en Auschwitz-Birkenau
Entre ellas, la placa en ladino.
Nos vamos destrozados, incrédulos de comprobar los niveles de crueldad a los que puede llegar el ser humano, y con la esperanza de que JAMAS ocurra nada ni remotamente parecido. Es un día triste. Imposible esbozar una sonrisa. La alegría del viaje ha quedado aplastada por el horror de la historia.
Auschwitz-Birkenau, la fábrica de la muerte
Un fuerte abrazo!
Los Junys 