Y para finalizar con esta saga de posts sobre Israel, os dejamos algunos de los momentos más entrañables vividos en Jerusalén.
Pasearse por el Shuk, o mercado central. Dejarte invadir por todo tipo de colores, olores y sabores: manzanas, pepinos, fresas, galletas de arroz, dulces, carnes,… Parece que a mayor potencia de grito, mejor mercancía o mejor trato, y vaya que si se lo toman en serio. Además, lo más curioso es pasarse al atardecer, cuando empiezan a bajar los precios… sí, sí, lo que antes valía 4 shekels, ahora vale 3, luego 2 y si te esperas (y aún quedan) puedes comprar un kilo de pepinos por un shekel! Por supuesto, no serán los pepinos más extraordinarios de la tierra… pero que más queremos? Un kilo por veinte céntimos de euro!! Desde luego, en este viaje nos estamos volviendo muy «apañaos» XDDD
Yvel, una tienda de joyería artesana. Te ofrecen una visita por su fábrica, aunque lo más sorprendente es la iniciativa que han tenido para acoger a inmigrantes etíopes. Les enseñan conocimientos básicos para poder llevar a cabo una tienda o negocio, y durante un año les forman en el arte de fabricar joyas. Los mejores se incorporan a la plantilla propia de Yvel, y el resto se ha auto organizado y creado una empresa independiente que les permite hacer joyería manteniendo el estilo propio de Etiopía. Verles trabajar y que te respondan con sus enormes sonrisas cuando se cruzan las miradas, fue muy especial!
Pantry Packers, se dedica a distribuir comida a las familias más desfavorecidas. Y en su empeño por llegar a más gente, se propusieron empaquetar ellos mismos la mercancía. De hecho, compran el grano (arroz, lentejas, guisantes,…) en grandes cantidades y luego personas voluntarias lo empaquetan. Así pues, Ada reservó una hora para que nos hicieran un resumen histórico de la organización y nos pusiéramos manos a la obra durante 40 min. Pegatinas, embolsado, sellado y empaquetado, cuatro estaciones que nos repartimos entre los cuatro. Al principio fue un poco catastrófico, y alguna bolsa se abrió dejando garbanzos por doquier, pero al rato ya le pillamos el tranquillo y cuando se acabó el tiempo habíamos completado 150 bolsas, unos 75 kg de garbanzos :p pas mal!
Y para terminar, nuestra visita guiada por la Universidad Hebrea de Jerusalén. Fundada unos 20 años antes de la creación del Estado de Israel (pensaban -y con buen criterio- que un país sin universidad no tendría el capital intelectual suficiente para superar los difíciles inicios), actualmente cuenta con siete premios Nobel! De hecho la lista de fundadores es francamente envidiable, así como su pasión por el conocimiento! Era época de Pesaj por lo que los pasillos estaban casi vacíos, pero nos contaban que tenían alumnos de más de setenta nacionalidades. Y finalmente, el árbol inclinado, en memoria al fatídico atentado de 2002. Durante la segunda entifada una mochila cargada de explosivos en la cafetería del campus se llevó por delante a nueve personas, no fue un estudiante sino un albañil. Por esas fechas, nosotros también éramos estudiantes universitarios, y que suerte la nuestra de haber nacido en un territorio donde la paz es el estado normal…
Nota final: Durante la cena de Pesaj, hay un momento en el que se piden deseos; el nuestro fue uno corto y ojalá que pronto suceda: paz para esta tierra.
Abrazos desde NY, en breve Grecia y Polonia, que se nos acumula la faena!