[Cambodia] Siem Reap, arrancamos nuestro viaje por el sudeste asiático!

Estas navidades fueron las más intensas de los últimos años. Sólo teníamos diez días, pero vaya que si los aprovechamos! En Dénia con la familia, encuentro Galileo en Valencia y fin de fiesta con los amigos CERNíacos en Madrid. Qué ganas teníamos de volver a verles, estar con ellos, y poder disfrutar de conversaciones “de fondo”, tras tantos meses de presentaciones y despedidas fugaces ;D Y así fue como nos levantamos el 31 de diciembre en Madrid, en casa de los Pica. Nos fuimos a desayunar nuestras últimas tostadas con tomate y jamón serrano y nos llevaron al aeropuerto de Barajas. Era momento de continuar la aventura. Empezaba la ruta por el sud-este asiático!

Por delante nos esperaban nada más y nada menos que CUATRO vuelos hasta llegar a Siem Reap. Iba a ser una paliza, que de hecho lo fue, pero el ahorro económico valía la pena. Empezaríamos con un pack Madrid – Frankfurt – Abu Dhabi – Kuala Lumpur con Ethiad, y a la mañana siguiente el último, Kuala Lumpur – Siem Reap con Air Asia. Todo eso, junto con el vuelo de vuelta para finales de junio Yakarta – Madrid por 650 Eur por persona, oooole ahí! Eso sí que es un chollazo, aunque tiene su pequeño “truco”: tienes que estar dispuesto a pasarte la noche vieja en el aire :p

Cuando faltaban escasos segundos para media noche, el piloto hizo un llamamiento por megafonía diciendo que en breves momentos se iba a producir el cambio de año, y que concretamente iba a ser en cinco, cuatro, tres, dos, uno, HAPPY NEW YEAAAAR! Y allí nos ves a Mónica y a mí, auto-cantándonos las campanadas, mientras comíamos el bote de uvas que traíamos desde Madrid, y la gente, sin conocerse de nada, dándose abrazos y besos en el avión deseándose lo mejor para este próximo año XDDD Fue “la mar” de gracioso, lástima que nos tocaron asientos centrales y no vimos fuegos artificiales por la ventanilla, porque eso ya hubiera sido lo máximo!

Finalmente llegamos al aeropuerto de Siem Reap, donde nos esperaba nuestro amable tuk-tukero con el típico cartel de “Juny & Mónica”. De camino al hostel, nos dimos cuenta que lo que en nuestra primera estancia en el sudeste asiático tanto nos había impactado ya parecía tan normal: cruces sin señalizar con vehículos pasando en todas las direcciones, motos con tres, cuatro y hasta cinco personas, otras cargando bultos tres veces más grandes que ellas,… tan diferente a Europa y, sin embargo, tan normal en estas tierras.

Llegamos a The Luxury Concept Hostel y… estaba espectacular! Por fin podríamos dormir a nuestras anchas en unas camas individuales king size, ohhh yeah! Y en la terracita, un bar donde podías desayunar por 2,5$ bebida incluida y los cóckteles a 2$. Caímos dormidos tan profundamente que nos levantamos ya a la hora de cenar. Nos fuimos a un indio, y cuando estábamos a punto de pedir, apareció el principal motivo por el cual habíamos ido a Siem Reap: Jeff Wiener y Julia!!

En 2013 nosotros ya habíamos estado en Angkor Wat (el principal atractivo del país con los Pica), pero esta vez decidimos volver allí para encontrarnos con Jeff y Julia. De todos modos, y sin que sirva de precedente, os pondremos algunas fotos de nuestros días en Angkor War de hace dos años. Podéis rajar, y con razón, decir que «colega… en el poquet temps que ha passat i lo major que t’has fet!» XDDD

A Jeff le conocí en el CERN, primero en las Atomiades de París y posteriormente compartimos la creación del S’Cool Lab – Jeff como cliente y yo como project manager. Creo que Jeff es de las personas que más pasión y energía le pone a todo lo que hace, sobre todo si se trata de dar charlas o explicaciones científicas! 😀

Nos pusimos al día y quedamos al día siguiente para ir visitar el orfanato donde Jeff había sido voluntario hacia cuatro años. En aquél momento había sido un lugar con más de 70 niños, y varios voluntarios que les enseñaban inglés básico y con quienes podían jugar y aprender. A día de hoy no habría más de veinte, ningún voluntario y sin visos de mejorar. Jeff tenía el rostro entristecido y se sentía frustrado por ver como por culpa de la búsqueda del dinero, el orfanato se había echado a perder y con él, los niños que allí estaban.

Pasamos una hora con ellos, yo jugando a fútbol con los niños y las chicas jugando al corro de las patatas, aprendiendo a bailar la danza típica camboyana y haciendo volteretas. Es increíble la alegría innata que desprenden estos niños, a pesar de no tener nada. Ya cuando nos despedíamos, una de las niñas le daba la manita a Mónica y le preguntaba “Will you come back tomorrow?”. Se te parte el corazón cuando les dices que no va a poder ser y ves su cara de pena… No tenemos fotos de ese día porque preferíamos tener la experiencia auténtica y sin interferencias, sorry for that.

Jeff ha estado apadrinando a uno de los chicos que conoció cuando estaba en el orfanato de voluntario, y lo sigue haciendo aunque ya no resida allí. Por las tardes, baila en un espectáculo en un restaurante y nos propuso ir a verle. Claro que sí! En un principio, podría parecer que este tipo de “actividad” suene raro, pero en esta zona es una tradición -como en Valencia ser fallero- y tanto a los chicos como a las chicas les gusta tener la oportunidad de bailar. Y si además te pagan un poquito que te ayuda a cubrir los gastos del día a día, mejor que mejor!

El intento de ir a verle en acción salió un poco rana, porque llegamos a un restaurante donde también había espectáculo, pero no era el suyo. No obstante, el chico que tocaba la percusión también había estado en el mismo orfanato y reconoció a Jeff. Le dijo que se había equivocado y le explicó el restaurante donde debíamos ir. Así que al día siguiente, en su última tarde en Siem Reap, por fin conseguimos verle, y de hecho era el “artista principal”! A la salida, estuvimos hablando con él y con sus compañeros de baile. Lo primero que nos preguntaron: ¿os ha gustado el espectáculo? ¡Qué orgullosos estaban! Volvimos al hostel, nos tomamos unos cocteles y muy a nuestro pesar nos despedimos de Jeff y Julia. Nos volveremos a ver, no sabemos donde, pero haremos para que nuestros caminos se crucen de nuevo!

Al día siguiente la liamos parda porque reservamos un hotel para una noche y nos quedamos a dormir en otro, sin saberlo claro… XDDD No sé si será cuestión de idioma, de pillería suya, o de ignorancia nuestra, pero la cuestión es que acabamos pagando la noche a unos y a otros! Y tampoco lo pudimos resolver en persona, porque esa mañana salíamos bien pronto en dirección a Battambang. Una ciudad sin mucho interés turístico, pero cuyo trayecto de 9 horas por el río hasta llegar a ella es extraordinario.

Y así nos despedimos hasta el próximo domingo, que la chapa de hoy ha sido buena XDDD

Nos leemos!

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