[Costa Rica] Tortuguero, en busca de las tortugas

A sólo unas cuantas horas de dejar La Fortuna aún no teníamos claro nuestro próximo destino. Nuestra idea era visitar dos volcanes más, pero sabiendo que nos quedaban ya pocos días en Costa Rica me apetecía hacer algo distinto, así que investigué un poquito y lo que más me llamó la atención fue un sitio llamado Tortuguero en la zona norte del país, en la costa Atlántica, y la parte más buena del plan era que era temporada alta de tortugas verdes. La atracción principal de Tortuguero es el desove de las tortugas marinas. Allí llegan también las enormes tortugas baulas! Pero no era la época.

Se lo comenté a Juny y le encantó la idea, así que fue dicho y hecho, preguntamos al dueño del hostel como podíamos llegar hasta ahí en transporte público y nos comentó que era muy sencillo, sólo teníamos que coger el bus de las 6 de la mañana con dirección a Quesada y tomar 2 buses más y un bote. Llegaríamos sobre las 3:00 pm, teniendo en cuenta que son menos de 200 km no esta nada mal, verdad? Aún así, nos gustaba el nuevo plan y estábamos muy ilusionados con ver tortugas, así que allá nos fuimos! El viaje fue muy largo: La Fortuna – Ciudad Quesada – Puerto Viejo de Sarapiquí – Guápiles – Cariairi – Puerto Pavona, y si, habéis contado bien, al final no eran 3 buses sino 5! Tenía la espalda hecha trizas, y Juny las piernas encogidas pero ya sólo quedaba el últimos tramo y este era el más emocionante. Y es que Tortuguero es accesible solo en barca, es un pueblo costero bañado por el Mar Caribe por un lado y por el otro esta limitado por unos canales.

Una vez llegados al embarcadero tomamos ese bote, y nada más subir uno de los locales que realiza este trayecto todos los días nos comenta que hay cocodrilos y caimanes, que cuidado con las manitas! Qué queee?? Aunque la verdad, viendo el entorno si podías imaginarte a un feliz cocodrilo paseándose por ahí jajaja…
Íbamos un poco ya asustaditos y con la cámara en mano preparada, contemplando ese paisaje tan selvático, con esa agua tan fangosa, cuando de pronto el mismo hombre dice: – Mirad un cocodrilo!
Yo pensaba que se estaba quedando con nosotros pero… no! Ahí estaba tomando el sol en un saliente de tierra encima de unos troncos que hacían que él quedara casi camuflado! Me quedé tan paralizada que fui incapaz de hacerle una foto al cocodrilo y eso que pasamos cerca y tuvimos bastante tiempo! Esa imagen ya se quedado grabada en nuestra retina para siempre! Pero es que lo emocionante no acaba ahí! Dos minutos más tarde en esos mismos canales vemos a unos niños bañándose, en esas aguas llenas de cocodrilos y caimanes al acecho! La carne de gallina se me pone sólo de pensarlo!
Sin más contratiempos y después de un largo paseo en barca vemos a lo lejos un pequeña masa de casitas de colores, estamos llegando a Tortuguero!!!

Con nuestras mochilas a la espalda preguntamos por «cabinas tortuguero» y nos dirigimos hacia allí una vez más sin reserva y en temporada alta.
Tortuguero era una calle, bueno dos calles con tierra, sin asfalto, sin coches y con casitas de madera en bastante mal estado. Una vez en el hotel, nos dan una habitación modesta pero limpia y nos echamos una buena siesta para recuperarnos de nuestro largo viaje.
El dueño del hostal nos intenta vender varios tours pero nosotros solo queremos ver tortugas. Nos comenta también que ese día, 30 de junio es el último antes de que empiece la temporada alta y eso significa dos cosas: hoy es el último día que es más barato, y segundo y muy importante, en temporada alta, para evitar «molestar» mucho a las tortugas se ha creado la figura del rastreador, que es el que sale por la playa a pasear y avisa a los guías con sus grupos de turísticas para ir a verlos. Por suerte nosotros aún teníamos la oportunidad de salir por la noche con el guía a pie caminando y vivir más intensamente esa búsqueda. Así que a pesar de estar muy cansados decidimos que era buena idea ir esa misma noche.

A las 9:00 pm ya estábamos vestidos de oscuro, con botas para caminar cómodamente, sin ninguna linterna ni cámara fotográfica que pudiera molestar a las tortugas y con un impermeable, tal y como no has habían dicho.

Cuando estuvimos ya todos, los grupos suelen ser de máximo 10 personas, nos fuimos con nuestro guía a la playa mientras empezaba a llover. La noche era muy oscura. El guía nos explicó el procedimiento nos comentó que el iría delante, iríamos caminando a paso rápido y el llevaría una linterna de una luz roja muy débil.

Empezamos todo el grupo a caminar detrás del guía en la inmensa oscuridad de la noche. La suave lluvia empezó a ser más y más fuerte. Caminábamos a una velocidad muy grande, casi corriendo intentando ver la oscuridad, la noche estaba muy cerrada por lo que no podías ver ni la luna ni las estrellas, y por consiguiente ibas caminando a ciegas, tropezandote con troncos enormes caídos y algunos traídos por el mar después de una larga tormenta. No era fácil, y yo no hacía más que preguntarme como el guía podía saber tan rápido si había una tortuga o no, hasta que no pude más y le pregunté: qué estamos buscando exactamente? Cómo puedes barrer tan rápido la playa y saber que la tortuga no esta alejada de la orilla desovando?
Y por fin ahí nos explicó que él no estaba buscando a una tortuga, eso a oscuras sería como buscar una aguja en un pajar! El buscaba el rastro, la huella que dejaba la tortuga de aproximadamente metro y medio desde que salía del agua hasta que encontraba un sitio alejado de la marea para poder desovar. Para qué lo entendiéramos el hizo con su cuerpo y con sus manos unas marcas enormes en la arena, y sí, ahora lo entendíamos se veían perfectamente y desde muy lejos!

La lluvia no cesaba, y empezaron los relámpagos y los truenos. Los relámpagos iluminaban toda la playa con una luz blanca que jamás habíamos visto. Era tal que si mirabas hacia ellos, hacia el mar, por un segundo nos mostraba todo el impresionante paisaje pero a los dos segundos después nos dejaba ciegos, literalmente.

Después de recorrer buena parte de la playa, volver, encontrarnos con otros guías con sus respectivos grupos, de algún aviso confuso, de alguna falsa esperanza nos volvimos a casa, bastante tristes y empapados.

Sabíamos que no nos podían asegurar verlas pero nos sentimos bastante engañados.
Esta claro que esto no es un zoológico y la tortuga saldrá del mar cuando a ella le plazca, no a la hora del tour, pero si es verdad que ellos (los guías) sabían cuando nos lo estaban vendiendo que había pocas posibilidades de verla, pero ellos te decían todo lo contrario…

Más tarde, ya en el hostal con un té caliente en mano el guía se sinceró y nos comentó que a pesar de ser temporada alta, por alguna razón había muchas menos que en años anteriores por razones que desconocen. Nos contaron que ahora iban más hacia el sur, por la costa de Panamá

Pero bueno, me quedó con lo positivo de esta experiencia:
Una tormenta eléctrica impresionante a pie de playa que nos daba tanta luz que nos dejaba ciegos.
Y aprender que por alguna razón, no se sabe como, las tortugas siempre vuelven a poner sus huevos al lugar donde nacieron. Precioso, no?

Al siguiente día nos mudamos del hostel a la casita-cabaña de Silvia, una chica holandesa a quien solicitamos hospedaje por couchsurfing. Eso sí que fue una aventura, se pasó todo el día diluviando, para llegar a su casa nos teníamos que quitar los zapatos y atravesar un camino inundado lleno de lodo!
Pasamos un día viendo como llovía sin cesar, charlando de la vida, de la mente y de Tortuguero, y jugando con su hijo, Jey-Jey.

Y amanecimos muy pronto para despedirnos de Tortuguero y poner rumbo a nuestro último destino de Costa Rica.

[Costa Rica] Monteverde y El Arenal, jungla y volcán

Tras una semana de surf y playa en la fantástica playa de Jacó, era momento de conocer un poco el interior del país, sus parques naturales y sus volcanes. Próximo destino Monteverde! 120 km nos separaban de nuestro destino, pero ¿quién imaginaba que estaríamos prácticamente todo el día para llegar? Y es que el estado de las carreteras son el punto flojo de Costa Rica. Para que os hagáis una idea: desde Puntarenas hasta Monteverde, fuimos por carreteras de tierra, bien empinadas, parando literalmente en casa de cada uno de los pasajeros,… en resumen: 73 km en casi 4 horas XDDD Eso sí , toda una experiencia que es de lo que se trata!

Llegamos a Santa Elena al atardecer y nos dirigimos directamente al Casa Tranquilo Hostel, por supuesto sin reserva, como viene siendo costumbre (algún día nos tocará dormir al raso y verás como se nos quita la tontería :P). Aún les quedaba una habitación doble, 20USD la noche, y el lugar parecía muy auténtico. Una especie de casa cabaña casi  en medio de la selva, así que allí nos quedamos tres noches.

El principal atractivo de Monteverde es su reserva natural, llamada Cloud Forest, a unos 1800 metros de altitud. Preguntamos en el hostel como llegar lo más barato posible (la pela es la pela), y nos comentaron que había un bus que subía y que lo podíamos coger «en la curva». Así que nos fuimos a la curva, y efectivamente con un pelín de retraso llego un bus que paró en la curva y nos llevó hasta la misma entrada de la reserva. La entrada costaba unos 18 usd por persona, con precios muy reducidos para locales y estudiantes, lo que me parece fantástico (de verdad! la gente del lugar debe poder disfrutar de sus entornos naturales sin que suponga un descalabro económico). Y valió la pena, ya no por toda la fauna y flora que vimos, (incluidos pisotes, monos carablanca, colibríes, mariposas, saltamontes, gusanos, libélulas, setas, helechos de todo tipo,…) qué también, sin por la experiencia de estar en medio de la jungla!

Pagamos la entrada y preguntamos que debíamos hacer si nos encontrábamos con una araña del tamaño de un puño, a lo que nos respondieron que no pasaba nada, que la dejáramos tranquila y marcha O_o Qué fácil de decir! Así que mapa en mano, nos adentramos en la frondosa selva, siempre siguiendo los senderos. Allí estábamos los dos, mendo y lerendo, en un entorno totalmente desconocido, sin nadie que nos guiara ni nos protegiera. Nuestros sentidos se abrieron como nunca. No sabíamos si vigilar arriba o abajo, ni tampoco lo que nos podíamos encontrar (estaba claro que ni jaguares ni panteras, pero monos, arañas, serpientes,… cabía la posibilidad). La cantidad de sonidos que se perciben abruman al cerebro. La cabeza gira a uno y otro lado, tratando de visualizar de donde viene algún sonido distinto del «clásico ruido de fondo». Y a la media hora de camino tuvimos la gran suerte, y el gran susto, de encontrarnos con una familia de unos mamíferos cuadrúpedo, bajos, con cola larga y morro alargado que estaban cruzando el sendero. Para ellos nosotros éramos como invisibles, o al menos eso parecía. Siguieron su camino, y nosotros el nuestro, preguntándonos que clase de animal sería. Al volver preguntamos, y son los famosos pisotes 😉

Cuando estás en la selva no tienes tiempo de pensar en que voy a hacer mañana, o de preocuparte de si este o el otro me ha dicho tal o cual cosa. Es puro presente. Pura adrenalina. Puro instinto de supervivencia. Pura observación y cautela.

Te das cuenta de que en ese mismo instante eres simplemente el peor, el peor adaptado de todos los animales que se encuentran en el lugar. Que no duraría ni tres días, porque no sé ni qué frutos puedo comer, ni cómo cazar un simple pisote, un ratón o un pajarito, ni hacer fuego para que mi «débil» estómago lo pueda digerir. Es como si todo lo que ha progresado el homo sapiens en cientos de miles de años se viera totalmente desbaratado por un cambio de entorno, en el que los conocimientos adquiridos de poco sirven, y los instintos se perdieron a lo largo de la historia.  Sólo me quedaba la esperanza de que el resto de bichos y animales del lugar me vieran como a un gran mono (que eso es de donde venimos, del género de los Grandes Simios -Great Apes-) y que decidieran no meterse con nosotros. Y en este estado de alerta permanente pasamos todo el día, disfrutando de descubrir pájaros camuflados entre la vegetación, gusanos en las laderas del sendero, monos carablanca en las copas de los árboles, y por suerte sin encuentros con serpientes o arañas ;p Un día para el recuerdo, y un buen recordatorio de que no somos nadie sin toda la tecnología y conocimiento que los humanos hemos desarrollado en los últimos siglos!

Y llegó el momento de ir a ver por primera vez en nuestra vida un volcán! En este caso, el de El Arenal. Eso sí, no sin antes disfrutar de otra increíble travesía para recorrer los escasos 30 km (en linea recta) que separan Monteverde de La Fortuna. Las opciones eran un bus que tardaba unas 5 horas para poder rodear toda la laguna El Arenal, o hacer un combo: bus-bote-bus que saldría más caro pero prometía ser una buena experiencia, y vaya si lo fue! Con un poco de lluvia para amenizar la jornada, subimos a un microbus que nos llevó por caminos embarrados y llenos de baches tan profundos que le obligaban a ir por el carril contrario una buena parte del trayecto, hasta la orilla de la laguna. Allí nos esperaba un bote atracado sobre la misma arena. Media horita de navegación y ya estábamos en la otra orilla. Otro bus, y directos al Gringo Pete’s Hostel, por supuesto sin reserva 😛

En este hostel la habitación privada costaba 14 usd, por lo que pensamos que ante tal chollo, lo mejor sería quedarse unos días para avanzar en el blog. Y tras dos días de nubes, lluvia, nubes y lluvia, de repente se despejó y allí estaba, en visión directa desde nuestra habitación el majestuoso volcán Arenal! El único de Costa Rica con la forma típica de cono, es un volcán que sigue despierto desde que en 1968 despertara llevándose por delante a más de ochenta personas. Por este motivo no pudimos subir hasta lo más alto, ya que sigue desprendiendo gases y en ocasiones lava.

Estuvimos en el parque unas dos horas y media. Justo al entrar en el parque vimos como una guía le enseñaba a unos turistas la foto de un guepardo que habían hecho en el propio parque, y ya volvíamos a estar en las mismas XDDD Acongojaditos! Pero bueno, repetimos el proceso mental de que somos monos grandes, vamos en pareja, y que aunque nosotros también teníamos mucho que perder, difícilmente se expondrían a tal riesgo (o eso queríamos creer!). Por suerte, no nos encontramos a ningún gato grande, pero vimos una parejita de quetzales, caballos, monos carablanca, mariposas enormes y lagartijas, muchas lagartijas! En la parte «segura» más alta, el terreno está cubierto por rocas volcánicas. Al pisarlas sientes como crujen, muy parecido a lo que sería pisar carbón de reyes. Te imaginas el momento en que el volcán estaba en plena actividad y se te ponen los pelos de punta…

De vuelta, andamos otra media horita extra para llegar hasta un río de aguas termales y darnos un buen chapuzón después de la caminata que nos habíamos dado. Que sensación tan fantástica, dejarse abrazar por la corriente de agua, clara y caliente, directamente desde las profundidades del volcán… que maravillosa es la naturaleza!

Así fue como llegó la hora de coger EL bus de vuelta (sólo había uno), llegamos a la «parada» (cuatro palos con un techo de uralita) y de repente cayó la gran tormenta tropical! Es alucinante como en cuestión de minutos pasamos de un agradable solecito a semejante aguacero, pero en fin, así es el clima tropical.

Vuelta a La Fortuna. Costa Rica venció en los penalties a Grecia, y pasaba a cuartos de final contra Holanda! Otro día de locura y celebración como si hubiesen ganado el mundial, qué orgullosos estaban. «Sí se puede, sí se puede», cantaban las camareras del bar sin parar. Y es que con semejante positivismo, sólo les puede ir bien en la vida ;D

Continuamos, próxima parada… Tortuguero!

[Costa Rica] Jacó, surfeando en el Pacífico

Amanecimos en Miami, nos despedimos de Yosdelys, y Frank y Frankis nos acompañaron al aeropuerto de Fortlauderdale. Besos y abrazos, «cuidense niños» y a hacer el check in… Y en ese instante la «simpática azafata» de Spirit nos destroza:

– A donde vuelan?
– A San Jose 🙂
– Fecha del billete de vuelta?
– Mmm no tenemos… (Ingenuos!)
– Pues en ese caso tienen 50 min para comprar un billete de salida del país, en caso contrario no podrán embarcar!
– Whaaaaaaaat??? Pero… Tiene que ser de avión?
– Puede ser avión, autobús, pero necesito un número de confirmación de reserva…
– Ohhh Shit!!!

Momentos de estrés, busca que te busca… Intentando buscar un billete de autobús económico de Costa Rica a Panamá para poder perderlo en caso de que decidiéramos viajar en otras fechas… Ni barato ni caro ni nada de nada, imposible comprar un billete de bus online. Llamamos a las agencias y a las compañías de buses. Cerrado, claro aun era temprano y allí eran 2 horas menos. Momentos de nerviosismo, momentos de… «Hoy no volamos a Costa Rica y además perdemos nuestro billete…» Pero 15 minutos antes de que cerraran el check-in y de escuchar 50000 avisos de urgencia para facturar vuelos a San Jose, Juny encuentra un vuelo «económico» en Nature Air para el 5 de julio! Well Done! Y enseguida cooooorriendo a facturar, al control policial y a embarcar! Menuda forma tan estresante de comenzar el día….

Aterrizamos en Costa Ricaaaaaa!! Oeeee aun no nos lo creíamos pero mientras esperábamos una larga cola en el control de pasaportes vemos un cartel de publicidad de la marca de cerveza Imperial que dice «Pura Vida!» Relax y buen rollo, eso es lo que se respiraba… Y para hacer más amena la espera un profesor americano con sus 15 alumnos estudiantes de español nos da conversación en español, por supuesto, que ellos venían a eso! Y nos cuenta que es un profesor de español del estado de Virginia. Que ha estado en España y que esta haciendo un viaje con su mujer y sus alumnos para practicar español. Nos dice también que es la primera vez que estos chicos y chicas salen de su país. Se les ve a todos muy contentos, van a practicar rafting, hicking, van a visitar volcanes y van a divertirse con las olas y sobre todo van a pasárselo muy pero que muy bien.
Nos despedimos de ellos, una estampa en los pasaportes and … welcome to Costa Rica!!

Cambiamos unos dólares por colones y salimos del aeropuerto, y nos encontramos un montón de gente con carteles y taxistas intentando captar clientes. Nos alejamos de la zona, y nos dirigimos hacia la carretera. Una pareja de jóvenes norte americanos se nos acerca y nos pregunta si queremos compartir un taxi con ellos, se dirigen hacia la ciudad de San Jose, concretamente a la estación de buses. Pasa un taxi, y el chico lo para en medio de la carretera, negocia un poco y… consigue un precio razonable 10 $ por pareja. De camino consultamos donde esta el hostel en el que queríamos hospedarnos y el taxista nos propone llevarnos a la puerta por 10 $ mas, ni de casualidad! si hay que andar se anda, asi que decidimos parar con la pareja de americanos. El taxi, nos deja a unas manzanas de la estacion y nos quedamos con ellos para ayudarles con su español. ayyy que no os los hemos presentado: Ellos son Brandon y René 😉 Llegamos a la estación de buses y nos dicen:
– Vamos a comprar un billete a Jacó, quereis venir con nosotros?
– Mmmm no tenemos un plan fijo, ni reserva en un hostel… donde esta Jacó?
– En la costa del Pacífico, a 2 horas en bus de San Jose. Es un pueblo  de surferos y no es muy caro.

Playa, surf, nuevos amigos, aventura, incertidumbre…. allá vamos!

Compramos los billetes. El bus sale en media hora, toca reponer fuerzas y probar unos deliciosos casados y gallos, comida tipica del lugar…. bueno, bonito y barato!

Llegamos a Jacó, mientras caminamos hacia la zona de hostels, Brandon nos va explicando donde se toman los mejores smoothies, donde se come de lujo, lo mucho que mola Jacó… el ya ha estado, para su novia es su primera vez. Son dos surfistas, asi que van a pasarse una semana alli para disfrutar de las olas.
Él nos sugiere un hostal baratito pero preguntamos precios y tampoco es tan barato y encima tienen estropeado el WiFi, necesitamos conectarmos para avanzar en nuestro blog, que vamos muy atrasados… al final acabamos en el mismo que ellos, pero versión barata: baño compartido y sin aire acondicionado. Mejor así porque yo estaba un poco malita precisamente de los aires acondicionados de Miami.

Y mientras me recupero, un rato de playita, pisicinita en el hostel, escribir, y pensar que queremos hacer en los días próximos.
Ese mismo día por la noche, cenamos en el hostel y empezamos a hablar con Miguel, el señor recepcionista del turno de noche. Interesantes conversaciones con él de negocios, de Costa Rica, de la vida en si misma. Al poco rato se une a nuestra tertulia Mari, la recepcionista del turno de día, por temas personales está viviendo en el hostel y ahora está en sus horas libres. A Juny le prepara un roncito y a mi me prepara un infusión curativa para mi dolor de garganta. Hay que decir que esa noche yo casi no participé en las conversaciones, era casi imposible para mi hablar de lo afónica que estaba.

No podíamos haber tenido mejor recibimiento en Costa Rica: conversamos con mucha gente, muy distinta y acabamos en un lugar que no habíamos planeado y estábamos tan a gusto…. si esto es viajar, si esto es el mochileo, nos encantaaaaaa!

El día siguiente fue parecido y por la noche al terminar de cenar, les ofrecí nuestro aceite de oliva a un grupo de tres mochileros que acababan de llegar y acabamos hablando 2 horas! Eran una pareja de noruegos, Bent y Kristin y una alemana llamada Janina que se habían conocido en algún punto de sus respectivos viajes! Descubrimos que los tres eran unos expertos mochileros; los noruegos estaban viajando por todo el mundo como nosotros, y Janina estaba viajando por toda sudamerica y Centroamérica.

Al día siguiente Janina se mudó a un hostal más barato en el que habia un ofertón de 14 $ por habitación y tabla. Nosotros llevabamos dos días pensando si nos animabamos con el surf, si necesitábamos clases o no, y después de que los americanos, los noruegos y la chica alemana nos insistieran que no era muy complicado, que teníamos que animarnos, que Jacó era una de las mejores playas para begginers, (sobre todo en la zona más sur ya que tiene olas pequeñas) … pensamos que buscar un instructor era una buena idea a pesar de nuestro presupuesto limitado. Total, que vamos a preguntar y nos dan un ofertón en ese hostal por una clase de 2 horas con instructor, la tabla, la camiseta, y cama en dormitorio compartido! Listo, al día siguiente empezábamos con el surf y nos cambiabamos de hostal!

Esa mañana nos levantamos súper temprano (sobre las 6:15am) para ir a surfear!
Alan, uno de los instructores nos llevó a la playa con el shuttel. Fuimos con la pareja de noruegos, Janina ya estaba allí. Llegamos a la playa y se presentó Andres, nuestro instructor.
Nos explicó un poco de teoría. Practicamos como levantarnos y… al agua!!
Juny consiguió levantarse y mantenerse unos segundos en el primer intento! Que crack! A mi me costó un poco más. De hecho parecía que no me acordaba de nada de la teoría. Juny lo consiguió una y otra vez y yo me frustré porque era incapaz de levantarme. Pero creo que fue a la cuarta (puede que la tercera) que justo antes de que el instructor me diera un poco de impulso para que cogiera la ola visualicé que me levantaba y que lo podía hacer. Apreté abdominales y seguí al pié de la letra todo lo que Andres nos había enseñado…. et voilà!! Lo logré, que felicidad y que divertido. Que sensación mas buena!! Si tienes un instructor al lado es mas fácil de lo que parece, lo que es levantarte y surfear (si se le puede llamar así a lo que nosotros hicimos, jajaja).

Lo intentamos una y otra vez, hubo de todo: algunas muy buenas y otras un desastre pero lo más importante es que teníamos unas pautas para continuar y era muy muy divertido! Cada vez que lo consigues es un subidon de adrenalina. Aunque para mí uno de los momentos mas maravillosos es cuando te preparas para levantarte y colocas los pies. No se porque pero justo ahí cuando doblo la rodilla para subirme y hago fuerza con los brazos me encanta. Me siento muy confiada y me siento fuerte y muy capaz de conseguirlo. Unas veces lo conseguía y otras no pero es una pasada! Me gustó mucho! No las tenía todas conmigo antes de empezar pero cogí confianza y lo disfruté una barbaridad!

Después de las dos horas de clase… a descansar en la playa. Todos los demás volvieron a los hostels pero nosotros nos habíamos preparado bocatas para comer y además queríamos ver España-Chile en el barecito de la playa, así que relax, a jugar con las olas pero esta vez sin tablas, unas fotitos por aquí, unos videos con la goPro y bocadillos pa´dentro y al bar playero a ver el fútbol! Unos batidos y unas limonadas no fueron suficientes para animar a España, que pena, que despedida tan temprana. Aún así, gracias a la Roja por estos 6 años de éxitos!!

Con cierta decepción por el partido volvimos a la playa, y un rato después llegarón todos dispuestos a surfear otra vez y dándonos sus ¨condolencias¨ por el partido. -Qué no qué no, qué no estamos tristes, que hoy es un gran día, que hemos surfeado y vamos a intentarlo otra vez… y España…pues ahora toca reflexionar y hacer un nuevo equipo para el próximo europeo!

Calentamos y estiramos un poquito… y tocaba meterse, pero claro sin instructor es otra historia, te entra un poco de canguele.
Esa misma mañana Juny y yo nos prometimos que siempre siempre siempre, antes de meternos al agua a surfear haríamos una pequeña reflexión para no olvidarnos que esas olas pueden ser peligrosas y un mal golpe de la tabla también, y que a pesar de que es muy divertido se tiene que tener presente siempre esto.
Una pequeña reflexion (para mi casi no hacia falta reflexión porque ya estaba yo suficientemente asustadita…) y al agua!

Que difíciiiiiiiiiiil! que impotencia!! No sabes cuando es una ola buena para ti, no sabes cuando es el momento para subirte, o si lo sabes no remas lo suficientemente fuerte para darte impulso, … Muchos intentos y casi todos fallidos, pero seguía siendo muy divertido. Qué fácil es cuando el instructor te empuja y tu no tienes ni que remar! Sin él, tu remas y te da sensción de que te vas para atrás, jajaja habrá que practicar muuuuuuuchooooooo!

Ese día estabamos tan agotados que fuimos a comprar unos gatorades y comimos algo fuera. No podíamos ni levantar las piernas ni tampoco había ganas de preparar comida… recuerdo que ese día nos fuimos a dormir super pronto. Juny se durmió como a las 9:00 y yo me quedé una horita más haciendo pins en pinterest 🙂

El despertar de esa mañana fue fácil, habímos dormido un montón, pudimos desayunar con tiempo pero el dolor era de campeonato, me dolían hasta las pestañas y tenía algunos golpes en el hueso de la cadera y en los brazos. Sentía qe había trabajado músculos que ni sabía que existían y eso me gustaba pero ….. no me podía mover jajaja

Ese día fuimos al surf una hora más tarde, Alan nos explicó que cada día tardaba una hora más en subir la marea, y que hasta las 8:30 no habría olas para surfear. Como siempre el shuttle nos llevaba hasta la zona sur de la playa de Jacó. Una vez llegados allí, empieza el momento más duro… hacer estiramientos con esas agujetas punzantes en todo el cuerpo, unos momentos de reflexión y al agua patos!

Después de varios intentos…. de repente me di cuenta que no podía de ninguna manera levantarme (eso es normal, soy novata). En una caída, la tabla se me puso al revés y me di cuenta que había perdido la quilla (la aleta de tiburón que tiene la tabla), jajaja así que a cambiar la tabla y otra vez pa´l agua! (Por cierto, al día siguiente encontré una quilla en la orilla, puede que fuera la que yo perdí 😉 )
La sensación era parecida a la del día anterior pero no sabia porque cuando iba a coger la ola la punta de la tabla se me hundía en picado y era imposible no darme de bruces contra el agua y por supuesto era imposible levantarse, asi que decidí salir un momento y preguntarle al instructor si sabía porque me podria pasar eso. Me comentó que o bien estaba haciendo mucha presión con los brazos muy hacia adelante o bien yo no estaba colocada suficientemente atrás. Con la tabla de 9.6 como la mia y la de 10 como la de Juny los pies tenían que rozar el cable (llamado lish o invento), y eso era, yo me tumbaba muy hacia adelante y por eso la tabla se hundía por la punta, si es que es física pura!

Y después de la teoría viene la práctica…. y aunque no conseguí levantarme muchas veces, al menos la punta de la tabla ya no se me hundía! Fue una mañana absolutamente genial a pesar de los dolores! Y fue mi despedida con el surf (un hasta luego), pero yo no lo sabía..

Vuelta al hostel y a comer al Jaco Rustico, recomendado por una de las señoras del hostal: 2500 colones por un plato de casado (frijoles, arroz, platano maduro frito, ensalada y carne) y una bebida natural tipo cas, tamarindo, … (eso significa unos 5 $ cada uno o lo que es lo mismo unos 3.5 €!)

Y luego….. siestaaaaaa si si , ningunoo de nuestros compañeros iba a surfear porque estaban todos muy cansados así que decidimos que nuestros músculos podían descansar un poco y una siesta reparadora nos sentaría fenomenal!

La parte mala de la historia empieza aquí … cuando me fui a preparar la cena, no se que narices hice que con mi pie derecho que me levanté la uña del dedo gordo del pie izquierdo y eso si que dolía… y sangrecita por todo, ole mi niña que patosa es! Curas varias y a dormir que por hoy ya esta bien…..

Y efectivamente…. la uña me dolía mucho y tenía miedo que me diera golpes mientras surfeaba asi que decidí no surfear pero en vez de quedarme sola en el hostal preferí acompañarlos, disfrutar de la playa, hacer fotos a Juny y remojar un poquito el pie en el agua del mar para curar un poco la herida.

Ese mañana jugaba Costa Rica y cuando llegamos al hostal se estaba acabando el partido…. y Costa rica ganó!!! eso significaba que pasaban a octavos de final! Menudo fiestón se montó en la calle! Nosotros salimos a celebrarlo yendonos a comer al mismo sitio del día anterior pero esta vez con Bent, Kristin y Janina. El comer fue lo de menos… fue el paseo hasta llegar al restaurante, pitos, claxons, banderas, música, cánticos, y muuuuucha alegría! Pura Vida Costa Rica!! Os lo merecéis!

Por la tarde… más de lo mismo y fotazas del atardecer surfero!
Vuelta al hostal, cenita y… como era viernes… un ladys night no? Es decir…. Barra libre para las chicas! No he comentado que en este hostel (Hotel de Haan) estábamos en un «dorm» compartiendo habitación con Janina y esa noche la habitación se llenó con 2 alemanas más, así que avisamos a los noruegos y nos fuimos un ratito de drinks! Vodka gratis (que compartía con Juny cuando Noche fantástica!!

Y como Juny me tenía un poco de envidia, … Cuando amenecemos para ir a surfear, Juny se va a preparar el desayuno…. y tachaaaan….. se corta!!!! si si si, se corta en el pie izquierdo, el mismo que yo! Pobre! no sabemos porque razón había unos pequeños azulejos (de los de piscina) rotos en el suelo de la cocina con la mala suerte de que habia uno que estaba colocado para pinchar bien. Resultado: corte profundo pero muy limpio y fino…. curas varias, venda y…. a descansar! Decidimos no arriesgar ninguno de los dos.

Y para despedirnos de las olas y de Jacó, por la tarde a la playa a ver un campeonato infantil y juvenil de Surf!

Espero que disfrutéis de las fotos tanto como nosotros de Jacó 😉