Escribir un post sobre Jerusalén, tras haber vivido allí tres semanas, se antoja complicado. Demasiadas vivencias, contrastes y lugares a destacar. En un intento por dar coherencia al relato, lo dividiremos en dos: la Jerusalén histórica y Jerusalén hoy. Así que allá vamos con la primera parte!
La parte más emblemática sin duda es la ciudad antigua. Rodeada por una muralla, alberga cuatro barrios: judío, musulmán, cristiano y armenio. Andando por esas estrechas calles, puedes cambiar de barrio sin darte cuenta, y tan pronto estás ante una iglesia ortodoxa armenia, como en la Vía Dolorosa, como en un bazar, como te encuentras en medio de un plaza repleta de niños con kipá jugando al fútbol.
Medio perdidos en este laberíntico lugar, llegamos a la Basílica del Santo Sepulcro, donde decenas de personas se postraban ante la piedra justo a la entrada de la misma. Trescientos metros más allá, en el Kotel decenas de judíos hacían lo propio ante otras piedras, las del Kotel. Y justo detrás, sobre las piedras del antiguo templo de Jerusalén, musulmanes rezan en dirección a la Meca. Visto desde fuera parece evidente que no son las rocas en sí las que dan poder, sino más bien el significado que se les da las que reconfortan y dan esperanza a los creyentes. Además, seguramente todos estén pidiendo lo mismo: salud, paz, descanso para los que nos dejaron, y deseos de ser bendecidos en esta vida. Por ello me pregunto… qué pasa en este mundo? Es que no podemos dejar atrás las injusticias del pasado y construir un futuro juntos? Por qué en vez de ensalzar las diferencias, no convivimos respetándolas? Seguramente no soy ni el primero, ni el que hace un millón que se hace estas preguntas… supongo que será el sentimiento utópico de que se puede llegar a la paz a través de la razón…
Sigamos recorriendo la ciudad! Ada nos sugirió dar un paseo por los dos barrios ultra ortodoxos. A la entrada de los mismos, se encontraban unos paneles informativos de la zona en la que nos encontrábamos, solicitando una vestimenta adecuada. Ambos barrios parecían bastante descuidados, como si las apariencias o lo superficial no fuera con ellos. En los muros pegan unos pósters a modo de periódico. Somos el centro de atención, ya que aunque nuestros vestidos cumplen con los requisitos, están a años luz de confundirse con los suyos. Pantalón negro, camisa blanca, gorro, y patillas con tirabuzones hasta los hombros. Además nos encontramos con algunos que llevaban unos vestidos a rayas. Son el extremo más alejado dentro del judaísmo, tanto que no consideran que Israel sea el Israel que en la Torá se profetiza y se dice que incluso le dieron la mano al presidente de Irán, en señal de protesta. A mí me dio la sensación de que tienen al enemigo en casa…
Con la intención de tener una perspectiva más completa y global, fuimos a pasar un día al Museo de Israel, a las afueras de la ciudad. Muy elegante, moderno y sin duda un día bien aprovechado. Tomando como referencias restos arqueológicos, te invitan a ver todas las ideas y venidas que ha habido en este rincón del mundo, a lo largo de los milenios desde la época de los caananitas. Descubres el afán histórico por perpetuar la vida tras la muerte, como los imperios crecieron y murieron, como las culturas mezclan sus tradiciones aún sin pretenderlo,… Y como colofón, coincidió que había una exposición itinerante de las máscaras más antiguas de la historia… fascinantes!
Y para finalizar, una incursión a los túneles de la ciudad antigua! Una experiencia absolutamente recomendable, ver como aprovecharon las faldas de la meseta de la ciudad antigua hace miles de años para construir sus casas al lado del palacio. pero lo más impactante fue recorrer los más de 500 m por un angosto pasadizo por el que aún corre agua, en algunos tramos por encima de la rodilla. Completamente oscuro, debes de ir calzado para poder ir continuamente con los pies sumergidos y con una linterna para poder adivinar por dónde sigue la gruta. Tan estrecha que en algunos lugares no puedes pasar sin rozar uno de los dos hombros! Y de altura no hablemos, que como midas más de 1,80 acabas que ni el Jorobado de Notredame… Yo creo que entre esta y Derinkuyu ya estoy curado de claustrofobia :p además aprovechamos que estamos solos para apagar las linternas y andar algunos metros completamente a oscuras, guiándonos con el tacto y por nuestros propios ecos al andar dentro del agua… que sensación! A la salida nos encontramos con la piscina donde en el Nuevo Testamento se explica que se curaban los enfermos. Justo al lado, una representación escenográfica de cómo los judíos se escondieron en los alcantarillados bajo las calles durante la conquista por parte de los romanos. Y para finalizar, subes otro túnel esta vez seco que te lleva hasta las ruinas al lado del muro de las lamentaciones… Majestuosas piedras de un pasado único!
Y ahora sí que sí… aquí van las fotos!
Abrazos!
Juny