[Israel] Haifa & Nazareth

Aprovechando la semana que alquilamos el coche, nos fuimos al norte de Israel, a la ciudad de Haifa, a unos 30 km de la frontera con Líbano. Haifa es una ciudad industrial, pero tiene algunas perlas como son los jardines de Bahai, el Technion, y el hospital Rambam, donde Ada había hecho prácticas como voluntaria en el departamento de oncología infantil.

Las enfermeras se volvieron cuando vieron aparecer por sorpresa a Ada por la puerta: que si vienes para quedarte, que cuando volverás, que que pena que mi hijo sea tan pequeño que si no te fichaba para mi familia,… Te das cuenta que para ciertos trabajos hay que estar hecho de una pasta especial, muy especial. Niños con cáncer a los que tienes que transmitirle tanta energía y positivismo como se pueda, familias volcadas con sus pequeños,… pone la vida en perspectiva. Cada niño que se cura, es una vida que resurge, pero cuando no es así… son injusticias demasiado duras para ser verdad.
Dada la cercanía con la frontera, decidieron construir una planta y media bunkerizada en el parking del nuevo hospital, que podría convertirse en un hospital de emergencia, en caso de conflicto bélico. Simplemente lanzando agua sobre la superficie ya se esterilizaría y tienen preparadas las zonas de quirófano, servicios,… Por cierto, creo que aún no lo habíamos comentado: todas las casas en Israel tienen su propio búnker, accesible en menos de 15 segundos.

Conocimos a Hadar, una muy buena amiga de Ada, y a su familia. Tengo que decir que tanto ella como sus padres, hermano y abuelos son un encanto! Su abuelo había estado en todas las guerras de Israel, y nos contó donde caían los misiles en Haifa en la guerra con el Líbano. Cuando estás en un país como este, y ves que no luchan por territorio (prácticamente la mitad de Israel es desierto puro), sino que es por «algo más»… sientes que son conflictos que escapan a la razón por sí sola. Ahora mismo, se ha conseguido una relativa paz y sólo queda la zona de Gaza por resolver, pero con Egipto, Jordania, Siria y Líbano son tiempos de paz. Le pregunté si él creía que en algún momento cercano llegaría la paz, a lo que me respondió: «Creo que no, pero al menos mientras están en conversaciones de paz se respeta el alto el fuego y estamos tranquilos. Así que continúen con las negociaciones ;)»
Buena respuesta, sí señor!

La mañana siguiente queríamos hacer un Insanitiy, pero en vez de eso decidimos irnos a la playa a tomar el sol, que ya apetecía después de tantos días de traca 😉 Por la tarde, media horita más de coche y a Nazaret, ciudad donde según el Nuevo Testamento creció Jesús! Sorprendentemente, es una ciudad árabe-cristiana. Es decir la mayoría de las personas son de rasgos árabes pero creencia cristiana, aunque también se encuentran mezquitas y sinagogas. Entramos en uno de los cementerios por curiosidad y con el máximo respeto, no usan ataúdes sino que se entierran literalmente y plantan árboles o plantas. Da la sensación de esperanza que de una vida nace… otra vida. Nos acercamos a la Basílica de la Anunciación, la más bonita de la ciudad, construida sobre ruinas y con una arquitectura realmente integrada. Personalmente, lo que más me llamó la atención fueron los enormes mosaicos que muestran a la virgen María y a su hijo con los rasgos en función de la raza del artista: blancos, japoneses, negritos,… a su imagen y semejanza, como es normal 😉

Y por la noche… de vuelta a Jerusalén! Dos horitas más de coche y… en casa de nuevo!

[Israel] Ishuvs – Pesaj y Shabbat más allá de la línea verde

En nuestras tres semanas en Israel tuvimos la oportunidad de vivir en primera persona varias celebraciones judías, a saber: tres shabbats, un bar mitsvá, Pesaj y la oración de los Cohen en el muro de las lamentaciones. Y no solo eso, sino que además nos invitaron a varios ishuvs donde nos explicaron el significado de cada uno de esos momentos.

El shabbat es el séptimo día de la semana en el calendario judío, y es el día de descanso, recordando que tras la creación Dios descansó en el séptimo, según la Torá (Antiguo Testamento). El tema del descanso se toma muy en serio, no se viaja, ni se trabaja, ni se cocina, ni se escribe, ni tv, ni radio, en muchas casas incluso tienen automatizadas las luces para no tener que pulsar los interruptores, simplemente se descansa, se come, se conversa, y aprovechan para leer.
El segundo sábado nos invitaron a pasarlo con la family en un ishuv, Mishpé Yerihó. Los ishuvs son poblados que están fuera de la línea verde, o también conocidos como territorios ocupados. Desde el punto de vista urbanístico son pueblos normales, con sus calles, casas, teléfono, internet, pero están rodeados por un perímetro de seguridad, hay un control a la entrada del mismo y tienen su propia seguridad. Rivka nos atendió formidablemente, había preparado cantidades ingentes de comida y tuvimos conversaciones muy directas sobre historia, religion y tradiciones.

La semana siguiente fuimos a Shilo, ciudad bíblica conocida por ser uno de los lugares donde se construyó el tabernáculo. Dicen que son sitios con una actividad energética muy elevada… Sea como fuere nuestros móviles se quedaron sin batería sobre las cinco de la tarde (los habíamos desconectado de la luz sobre las once de la mañana), sin haberlos utilizado ni para conectarnos a internet, ni para llamar por teléfono, ni siquiera para mirar la hora… En la actualidad Shilo es un ishuv y nos acogieron en casa de Nissan para celebrar Pesaj, la Pascua judía, que recuerda la salida del pueblo de la esclavitud en Egipto. Durante una semana no se come pan ni ningún alimento fermentado con levaduras (hamets). De hecho, durante las semanas anteriores se hace una limpieza en profundidad en todas las casas para que no quede ningún hamet para Pesaj. La primera noche se hace una cena festiva en la que se canta, se recuerdan las plagas que cayeron sobre Egipto, la salida, se hacen preguntas, se discute y se profundiza. Sinceramente me sorprendió muchísimo que dado que es una fiesta que se celebra en familia cada año (es decir, que ya se lo habrán hablado y re hablado decenas de veces), el nivel de las preguntas y lo elaboradas que eran las exposiciones que hicieron. Y diréis, «pues claro que te parecerían extraordinarias, si las hacían en hebreo y no entiendes ni papa!» XDDD. Así era, pero tanto Nissan (rabino nacido en Mallorca) como Ada (nivelazo de hebreo que tiene) nos fueron traduciendo con suma paciencia durante toda la noche… Muchísimas gracias de corazón!

Os dejamos también alguna foto de un bar-mitsvá de unos amigos de la family (salvando las distancias, sería una analogía a la primera comunión en el catolicismo) y del Kotel o Muro de las lamentaciones.

Seguimos!

NB: disculpad que no tengamos muchas fotos de estos momentos, pero en Shabbat y días festivos como Pesaj, no se hacen fotos y por respeto a su tradición nosotros tampoco las hicimos 😉 En el próximo post más y mejores!

[Israel] Masada – Mar Muerto & Tel Arad

Cambiamos de país y llegamos a Israel! Establecemos nuestro campamento base en Jerusalén, en casa de Leah (la mami de Juny), un lujazo no estar en albergues durante más de tres semanas,  rodeados de la familia y comiendo bien sano y rico con los guisos de mamá 😉

Nada más llegar Ada, la hermana de Juny nos enseña el calendario con todo lo que ha programado para toda nuestra estancia (sí, sí, ella es la mejor guía que podíamos tener!!) Hay actividades para todos los gustos, desde trekking, playita, celebraciones religiosas, museos de todo tipo, voluntariado,… Gracies guapeta!!

Y hecha la introducción voy a ir al tema… nuestra jornada en el paraíso! Pintaba muy bien pero había mucho que visitar y no nos queríamos perder nada, así que tocó madrugón!! tengo que decir que hubo un pensamiento loco de madrugar muchísimo y salir de casa sobre las 4:00 a.m. y ver el amanecer desde la cima de Masada pero por votación popular se desestimó esta primera idea. Eso sí, sobre las 6:30 a.m. ya estábamos preparados con nuestros sandwiches y botellas de agua bien fresquitas, recién sacadas del congelador para iniciar nuestra jornada por el desierto y el mar muerto 😉

Dos horas más tarde llegamos al Parque Nacional de Masada.

En la cima nos esperaba el palacio-fortaleza construido por el rey Herodes. A 450 metros sobre el nivel del Mar Muerto y rodeado de acantilados era un lugar estratégicamente perfecto.

Leah, muy inteligentemente, decidió subir por el teleférico. Y como Ada, Juny y yo somos unos valientes, iniciamos el ascenso a la cima por el Sendero de la Serpiente para hacer un poquito de trekking. Unos 50 minutos de subida bastante intensa, no tanto por la pendiente sino por el sol que hace en medio de un desierto, (ahí es cuando te arrepientes de no haber madrugado más para subir sin ese calor tan sofocante!). Y eso que solo eran las 9:00 de la mañana. Pero tengo que decir… que valió la pena!! Mientras subes puedes sentir en tus carnes la historia de Masada y cuando llegas recibes un regalo para tus ojos, unas vistas impresionantes del Mar Muerto y del desierto de Judea. Pasamos más de 4 horas allí arriba disfrutando y adentrándonos en la historia de cada rincón de las fortificaciones que el rey Herodes se construyó, y donde posteriormente se produjo el suicido colectivo de los rebeldes tras 3 años de asedio la noche en que los romanos abrieron las murallas.

El siguiente destino del día era el Mar Muerto, pero a última hora hubo un cambio de planes ya que Juny descubrió que estábamos a tan solo 45 minutos en coche de las ruinas de una ciudad construida hace más de 6000 años!! Así que allá fuimos. Llegamos solo una hora antes de que cerraran, no es un destino turístico por suerte, aun está por explotar y me da que en esas excavaciones arqueológicas que aun están realizando van a encontrar tesoros maravillosos. A nivel arqueológico e histórico me parece un sitio impresionante, pero tengo que decir que no impacta demasiado visualmente hablando, sobre todo si acabas de ver Masada. Lo que si sentimos, y no es la primera vez desde que hemos empezado esta vuelta al mundo, es que hace ya miles de años que ya existían las calles, los sistemas de alcantarillado, y las casas tal y como las entendemos ahora, incluso agua caliente (en esto los romanos eran unos cracks! me parece que no hemos avanzado demasiado en materia de construcción…)

Y por fin llegó el momento que más esperaba… bañarme en el Mar Muerto y flotar en cualquier postura inimaginable. No tengo palabras para describirlo, es total!! Da igual como te coloques boca arriba, en vertical, en diagonal, jajaja es súper divertido, si intentas ponerte en una posición un poco más rara, boca abajo, con las piernas dobladas y los piececitos hacia fuera (y la cabeza por supuesto fuera del agua) casi sin poderlo controlar te giras y te quedas boca arriba, todo esto gracias a las leyes de la física y a la cantidad de sal. Pensad que los océanos tienen entre aproximadamente un 3’5 % de sal y el mar Muerto supera el 30 % (casi 10 veces más salado, jejeje!). De hecho está saturado de sal y la propia arena es… sal! El agua es tan salada que es amarga, os lo digo porque la probé, si si, aquí estamos para vivirlo todo al 100 %. Luego te pica la lengua un rato pero nada que no se pueda soportar. Recomendación importante que me dio Adita: Nada de depilarse ni de afeitarse el día anterior… el escozor podría ser insoportable… yo siguiendo el consejo de nuestra experta y particular guía, me depilé varios días antes y disfruté como una enana! Imaginad si me lo pasé bien que esa noche mientras soñaba me reía y decía: “Que divertit, que divertit!!” 😀

Dato curioso: el mar muerto está a 423 m bajo el nivel del mar, y es el lugar más profundo de la tierra que han encontrado (sin contar grutas ni túneles).

Bueno ya os he dado bastante la paliza, aquí van las anheladas fotos! Un besazo a todos!

[Turquía] Cappadocia, tierra de casas-cueva

Teníamos ganas ir a Goreme, en la Cappadocia, y con la intención de ahorrarnos una noche de hostel y tener una experiencia «local», decidimos coger un bus nocturno. Así que allá que nos fuimos: 11 horitas para recorrer 750 km del tirón! Como dirían en mi pueblo: «No queríamos sopas? Pues toma dos tazas!» XDDD

Cappadocia tiene una orografía sencillamente única y extraordinaria. Una región flanqueada por cuatro volcanes ya eternamente dormidos, y que ha sido moldeada durante miles de años por vientos, terremotos, hielos, y lluvias. Lo más sorprendente de su superficie es la cantidad de montículos en forma de cono, con roca dura en su exterior y blanda en el interior, que permitieron convertirlos en casas-cueva. Pero las experiencias más impactantes fueron bajo tierra y en el aire 😉

Derinkuyu, la ciudad subterránea más profunda de Cappadocia,  4000 años de antigüedad, 60 metros de profundidad, aireación natural, sistemas de transporte, cocinas, una capilla, zona para animales, capacidad para albergar 2000 personas durante dos semanas. Conectada con otra ciudad subterránea a través de un túnel de… 9 km de longitud!! hí van un par de vídeos dedicados a nuestros amigos del CERN: link1 link2]

Globos, levantarse a las 5 de la mañana para ver salir el sol. Acompañados del sonido de los compresores de aire, muy pausadamente empiezan a hincharse los colosales globos, aumentando su volumen e izándose en el aire. Poco a poco, el espacio aereo se va poblando hasta llegar a su momento álgido en que se llegan a ver más de 40 globos en una estampa totalmente inolvidable y que recordaremos para siempre. [vídeos]

Y aquí os dejamos algunas fotos de los tres días en la Cappadocia!